Oswaldo era un dodo muy simpático recién llegado a la isla. Llevaba pajaritas muy llamativas para hacer reír a sus compañeros, amigos, vecinos. A Oswaldo le encantaba hacer reír. Incluso a las ostras más serias, que, con tal de no reír tenían la boca medio abrir. Un día, a aquella isla llegó una extraña turista a la que el dodo no consiguió hacer reír. Viendo su intención de hacer felices a los demás, la turista hizo un misterioso regalo mágico, con el que podría hacer que NADIE pudiera parar de reír, aunque no quisiera hacerlo. Ante esta situación se enfrentara Oswaldo a unos difíciles dilemas. ¿Qué debes hacer si tienes una firma convicción? ¿Y si esta es contraria a la voluntad de otros? ¿Justifica el fin los medios para conseguirlos?
¿Cómo utilizara Oswaldo ese gran poder? ¿Sera este un cuento de risas sin fin?
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